Habitacion Real

Respondí a su sonrisa maliciosa con otra de la misma naturaleza, la cama volvió a quedarse libre, pues ya no me encontraba allí, aparecí sigilosamente frente a la cómoda taponando una vía de escape y sonriendo de nuevo inevitablemente. Nunca me a gustado causar demasiado revuelo... Era cierto que era una característica notable en mis misiones, pero esta vez la expresión tomaba otro camino.

Me mordi el labio y puse mi mejor cara de inocente Ups...creo que me has pillado....dije justo antes de morderle suavemente la barbilla ala te lo has ganado me rei.

Sonreí ante su gesto inocente que después se difuminó,cuando me propinó un mordisco en el mentón.

-Vaya... en todos mis siglos de guardián, ninguna de mis victimas me ha ofrecido una recompensa como ésta. ¿Qué deberia hacer ahora? Dije mirándola picaramente.

Me acerque a sus labios y le bese No lo se.....eres tu el cazador, no yo....solo soy la victima dije muy muy cerquita de el

Sonreí y no dije nada, en cierto modo tenía razón, cazador y victima, aunque ahora mismo era yo, el que se sentía justo en el bando contrario, pues al igual que mis objetivos, siempre parecían tener una obsesión especial, aunque quizás involuntaria, por meterse en la boca del lobo y sentenciarse. Desde luego yo, tras ese beso, estaba deseando hacerlo. Acaricié su rostro y sin pensarlo, sellé mis labios con los suyos y se lo devolví. ¿Por qué no dejamos que los acontecimientos transcurran sin más? Dije sonriendo, incitándola y sin apartar mi mirada de la suya.

Rodeó mi cuello y se abrazó a mi, haciendo yo lo mismo respecto a su cintura mientras el beso continuaba. Me dejé llevar inconscientemente, caminando de espaldas hacía la cama. Nos detuvimos un instante, momento que aproveché para cargarla en mis brazos, haciendo honores al acto conyugal, mientras todavía, ella seguía enroscada a mi cuello. Dí un corto beso en sus labios y continué caminando casi a ciegas, pues no le apartaba la mirada. Cuando llegué a la cama, me incliné clavando una rodilla en el colchón y depositandola con cuidado sobre ella. Finalmente me incliné un poco más observándola más de cerca y rozando sus labios con los míos y rodeándola con los brazos, una vez hube apoyado mis manos sobre aquella superficie tan cómoda que se moldeaba con la presión de mi cuerpo. Volví a besarla y me limité a observarla, intrigado por su reacción.

Me incorporé definitivamente sobre la cama aprovechando la inercia del beso, cada vez más próximo a ella. Me deshice rápidamente de los broches de oro con los que la capa se mantenía sujeta a la camisa, quedando al filo de la cama y resvalándose poco a poco hasta tocar el suelo de forma totalmente ajena a nosotros. Me dejé caer hacia un lado, para que quedara sobre mí sin tener que soportar mi peso. Sostuve su rostro entre ambas manos y la besé de nuevo, aumentando la intensidad y la duración del beso.

Seguí su beso un tiempo y disfrute de las caricias de sus labios, me separé un momento y desabroché el nudo del cuello de su camisa, tirando de los cordones, aflojandolos y dejando ver parte de su escote, mientras que volvía a inclinarme sobre ella y besaba lentamente su cuello y la parte ahora visible.

Me quité la camisa mientras se reincorporaba dejando mi pecho desnudo, desabroche la parte de atrás del vestido y suspiré un momento en su nuca, para después volver a besar un momento su cuello, entreteniéndome en la zona de su clavícula, finalmente lleve mis manos a sus hombros y deslicé el vestido hacía los lados, quitándoselo como parte de una caricia.

La abracé por detrás cuando se despojo del vestido y la acomodé a mi, sintiendo el roce de su pelo, en mi pecho mientras una de mis manos todavía reposaba en su cintura. La apoyé sobre uno de mis hombros para coger posición, después de morder el lóbulo de su oreja más próxima. Giré su cuello suavemente, ayudándome de su barbilla hasta encontrar mi boca con la suya. -Aún te queda una cosa por hacer... sugerí mirándola y mordiendo su labio inferior con cierto recelo, mientras notaba como el pantalón ya me sobraba.

Traté de respirar ante sus movimientos. Me reí casi sin fuerza, aunque no se debía precisamente al cansancio, comenzaba a preferir no hacer demasiado uso de la palabra. Deberías comprender mi situación amor. Dije sonriendo ante su comentario, había resultado demasiado evidente que, en mi lugar, era complicado querer mantener las formas. Mientras tanto, me movía a consciencia, para que retirara cómodamente mi pantalón.

Sonreí ante la nueva perspectiva de la situación, aunque en cierto modo trate de evitar que fuera... demasiado lujuriosa. La aproximé aún más a mi y dejé que besara, mientras comenzaba a respirar más agitadamente a causa de sus movimientos. Busqué su boca con mayor interés y la atraje contra mi aún más, para poder besarla, comenzando a rebasar los limites del descontrol.

Terminé tumbándome sobre la cama rindiendome a su juego, con la inercia de la caida, la agarré y la puse sobre mi de nuevo, algo fácil para un vampiro, dejándola sentada algo más abajo de las caderas para que pudiera continuar con sus, según por lo que pude interpretar de su mirada, placenteras travesuras. -No deberías tentarme de esta forma Sela... Dije bajando la mirada con mis manos sobre sus muslos.

¿Por que? dije insinuante ¿Me vas a reñir? dije justo antes de propinarle un lameton y ponerle morritos ¿Y a que esperas? continue levantando una ceja para depsues acercarme a sus labios, sin besarle, tentandole una vez mas.

No pude responder a su primera pregunta, pues mi mirada se perdió en el techo de la habitación sin siquiera haber elevado el tono de voz, perdí la noción del tiempo un instante, el control de mi propio cuerpo para ser exactos. Subí mis manos por su cintura sin poder reprimir ese deseo de poseerla a ella también. Posé mis manos es sus pechos cuando se inclinó hacía mi y comencé a masajearlos, con movimientos continuados, mientras me reincorporaba levemente para besar su boca.

Continué masajeando sus senos conforme mi cuerpo me lo permitía debido a las caricias de su respiración, mientras repasaba con sus labios el contorno de mi mandíbula,abría mi boca, buscando la suya con insistencia, para volver a besarla mientras la abrazaba a mi, sintiendo todo el contacto de nuestros cuerpos.