Habitacion Real

jadeando, me abrace a el sin dejar de moverme te necesito susurre

me acerco a su oido gimiendo mientras acelraba ya sientiendo que casi llegaba...-sela-articule en su oido en susurros...

le sonrei toamndoel de su citnura arbazaandole con ternura-nose que me haz hecho pero no me quiero alejar de ti

Pues no lo hagas le acaricie la cara

siento sus caricias en mi piel y cierro mis ojos con algo de cansancio teniendola en mis brazos- te amo demaciado-le susurre.

Tras apenas 10 minutos andando a paso lento llegamos a la otra punta del castillo, corri hacia un lado una puertecilla y empuje mi cómoda, habiamos llegado a la habitacion real.

Ya hemos llegado dije triunfante sentandome sobre la cama.

LLegamos a la habitación tras un tiempo caminando, no era muy difícil darse cuenta de que se trataba de los aposentos de la máxima soberana, ya la había visto otras veces, evidentemente,pero no desde esta perspectiva. Tras caminar un momento contemplando la sala, cogí mi corona y la deposite sobre una peana, en un mobiliario con grabados que quedaba al lateral de la cama. Llevaba muy pocas horas como monarca de Albion y ya me había dado cuenta del profundo cansancio que ocasionaba portar las joyas encima todo el día. Me acerqué a Sela y acaricié su rostro una vez más, que bien sentaba poder hacerlo con total naturalidad, sin tener que apelar a mis ya exentas, limitaciones como guardián. Sostuve su tiara con cuidado y retoqué su peinado tras haberla retirado de su cabeza. Como si supiera lo que pretendía, mi mirada se posó por inercia en el cristal de un espejo que había frente a nosotros, mostrándome mi apariencia y haciéndome por fin, totalmente consciente de la situación. Me apesadumbré un poco ante eso, pero trate de relajarme y respirar, puesto que debía saber que éste momento no iba a tardar demasiado en presentarse. Mantuve la mirada un poco más y pude concentrarme en nuestro reflejo, ella y yo, Rey y Reina. En ese momento me di cuenta, de que tenía lo que quería, lo que siempre había podido desear, aunque ni tan siquiera yo, fuera realmente consciente de ello. Dejé su tiara en el otro soporte justo al lado de la mía. Me senté en la cama y me miré la alianza justo antes de recalar de nuevo ante ambas coronas, la suya y la mía. No pude reprimir una sonrisa y la miré a los ojos, por primera vez, absolutamente complacido. Me moví a su lado y agarré una de sus manos, en su regazo,concretamente la portadora del anillo. Bajé un momento la mirada hacía su alianza y comencé a hablar, dirigiéndome a la reina. Qué irónico... ¿verdad? yo...Rey... La miré de nuevo y sonreí, aún notaba como me costaba referirme a mi mismo con aquella palabra. -...me encanta. Confesé. poniendo fin a la frase, sin poder evadir el deseo de inclinarme hacía ella y volver a besarla muy lentamente. Era cierto, lejos de cualquier atisbo de poder o autoridad, me encantaba el que el destino me hubiera concedido la oportunidad de estar así con ella, con la que hasta hace poco, ya que ahora era mi reina, siempre había sido mi princesa.

Aprete su mano cariñosamente y cuando dejo de besarme acaricie su rostro Mi rey...dije con ternura rozando su nariz con la mia, estar tan cerquita de el, era la sensacion mas agradable del mundo.

Tengo que ordenar que traigan tus cosas aqui, o podrias hacerlo tu, como Rey sonrei pegadita a sus labios.

Tambien necesitaras ropa...mañana te coronas mi sonrisa se amplio ante esa idea, despues de darle otro beso me levante de la cama y fui a buscar mi campanita y la toque esperando a que viniese alguien, tras unos segundos de espera comence a enfadarme, no soportaba que no me hiciesen caso en el instante, me dirigi a la puerta de la habitacion y a labri bruscamente.

¿DONDE COÑO ESTAIS MANADA DE INUTILES? QUIERO QUE VENGA ALGUIEN Y QUIERO QUE VENGA YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!

Al poco tiempo dos sirvientas sorprendidas se acercaron a la habitacion.

Quiero que avises al consejo, ya! y quiero un sastre mañana a primera hora. A la tarde tenemos una coronacion.

Las sirvientas cuchichearon algo y dirigieron su atencion a Ziven.

La contemple en silencio mientras caminaba hacía su campana de una forma tan grácil, aquella campanita que tantas veces había oído sonar, reclamando mi presencia. Se acercó al marco de la puerta agitándola de nuevo y las sirvientas seguían sin acudir. Enseguida una sensación de agradable alerta me invadió, que gran error por su parte... inspiré hondo y dibujé una tierna sonrisa a sus espaldas, ya sabía lo que venía. Después de una muestra de caracteres tan dispares, las sirvientas lograron aparecer. Selanora era tan dulce y tan estricta a la vez... me fascinaba. Sin dudar les mandó llamar al consejo, al sastre y anunció indirectamente mi coronación. Milésimas de segundos más tarde las sirvientas me miraban ya intrigadas y con una descarada mueca de asombro en el rostro.

Me levanté de la cama con paso firme e interrumpí sus cuchicheos, había olvidado el pequeño detalle de mis ojos escarlata, humanas... -Ya habéis oído a la reina, quiero que todo este listo para los actos de mañana... cuanto antes. Finalice tajante. Volved al trabajo y no acudáis si no se os llama, ¿queda claro? Preferí añadir. Las sirvientas asintieron con una reverencia, y se marcharon a cumplir su mandato, no sin antes desviar la mirada hacía mis ojos una última vez. Cerré la puerta de la habitación y resoplé. No ha sido tan difícil... Admití tratando de animarme mientras me echaba sobre la cama.

Tuve que reprimirme una sonrisa para poder mantener la autoridad delante de las sirvientas, pero estaba monisimo dando ordenes.

Camine hasta la cama y me recoste a su lado. Lo has hecho genial le anime ¿Y esa ultima orden que les diste? pregunte alzando una ceja antes de darle un beso ¿Eh?

La abracé cuando se recostó junto a mi y baje la mirada para observarla. -Creo que me merezco un descanso después de todo un día. Dije con un claro tono de excusa, mientras me reincorporaba levemente para besarla.

Sonrei Tienes razon, mañana te espera un dia muy largo, deberias descansar dije riendome en mi interior Por cierto, tus ojos a esta hora, son el mayor cotilleo de palacio me rei y le di otro beso Deberias descansar repeti y me separe de el levantandome de la cama Voy a ponerme al dia, llevo muchos dias fuera...me costaba contenerme la risa.

La agarré de la mano cuando se levantó de la cama y la detuve, enarcando una ceja. -¿Acaso me vas ha hacer ponerme una corona, para ni tan siquiera poder descansar contigo a mi lado? Dije perspicazmente, pasando por alto el comentario de mis ojos, que repentinamente había pasado a un segundo plano.

Sonrei de espaldas a el cuando agarro mi mano y volvi a sentarme en la cama cuando termino de hablar. Resulta...que si me quedo aqui...no vas a descansar...y tienes que descansar amor le puse morritos.

Suspiré fingiendo amargura. ¿Descansar? No lo necesito... ¿alguna que otra ventaja debía tener un matrimonio entre vampiros no? Insinué descaradamente,sin dejar de mirarla.

Me levante con una sonrisa y me pasee delante de el La ventaja es, que tienes una eternidad, pero ahora debes descansar, ser rey es muy muy duro dije poniendo morritos otra vez sin dejar de pasear alrededor de la cama.

Me reincorporé,apoyando mi espalda en el respaldo de la cama, observándola sin escatimar y en completo silencio. No tarde en volver a enarcar una ceja. ¿Rey? Aún no lo soy... oficialmente claro. Articulé con interés.